Hiru Haundiak 2016

Y otra vez los nervios, los meses de entreno previos, la ansiedad de la esperada fecha…otra vez mi querida Hiru Haundiak.

La diferencia de mi anterior experiencia en esta prueba, hace ya 4 años y pico, es la fecha en la que se realiza esta edición, Octubre. Estoy supone una clara diferencia en el clima, en que anochece mucho antes, en el estado de las sendas…aunque siempre la hacen coincidir con la luna llena, para tener más luz.

Te preparas como puedes durante el caótico verano antirutinas, recoges los trastos de trailrunning y por fin después de tanta espera llegas a la salida. Y allí estás, con otras 1500 personas que se apiñan para salir mientras la música de fondo te pone en situación.

Suena la sirena. Y de repente todos tus fantasmas y neuras se instalan en tus piernas y en tu mente solo queda una sola idea, la meta. Visualizarla es lo más importante y debe ser una constante durante las horas que quedan.

El grupo en el que me encuentro va fuerte y como soy un inconsciente, les sigo el ritmo. Llegamos a Murua en unos pocos minutos y comenzamos a subir. En los primeros kilómetros de subida me doy cuenta que algo no va bien. No voy ligero y me noto forzado. La cena, que tomé  hace tres horas, no ha terminado de digerirse. Y comienza el sufrimiento. Pero no puedo parar y sigo tirando. En 1h y 38min llego a la cima, con un cielo espectacular de estrellas y mucho viento. Intento beber pero no me entra nada. ¿ Qué me pasa? Comienzo el descenso y voy torpe, no veo por dónde  piso. Tardo un rato en darme cuenta que el frontal está sin pilas. No pasa nada, cuando llegue a la pista de Ubidea cambio las pilas. Tengo que aprovechar mi posición y seguir corriendo.

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Consigo no matarme mientras bajo y voy mendigando luz del resto de participantes. Ya en la pista el camino a Ubidea, se me hace largo y voy deshecho. La gente de Ubidea nos recibe calurosamente y avituallamos. Bebo demasiado y sufro mucho hasta el siguiente avituallamiento en Otxandio. Sigo con el corte de digestión y apenas como, sólo medio plátano y líquido. A punto estoy de dejarlo ahí mismo. Pierdo la concentración y no visualizo el objetivo…veo tan lejos Landa. Hace frío, mucho frío, cuando salimos dirección Urkiola. Dos dedos de la mano derecha se me quedan blancos.

Por fin parece que el estómago responde y digiero todo. Ahora voy vacío y al ritmo que quiero. Para entonces han pasado 30 kilómetros!! Avituallamiento de Urkiola, me tomo una glucosa, algo de líquido y tiro para la cumbre. De repente la carrera cambia y lo veo todo de color de rosa. BENDITA GLUCOSA. Estoy muy animado y con fuerzas. Ahora estoy disfrutando. Con la luz de la luna llena, la Peña del Amboto es una pasada y titilean los frontales de los corredores por la pared. La subida es corta ya que sólo llegamos hasta el collado y la bajada es larga y peligrosa. Piedras que resbalan y pocos puntos de apoyo firme hacen que casi me lesione varias veces.

Seguimos avanzando y Landa sólo está a 16 kilómetros. Subo Orisol con un grupo a buen ritmo y voy bien. Veo factible continuar hasta Araia, todo se verá. Amanece y sube el ánimo, ya estamos en el puerto de Cruceta, 50 kilómetros !! Los próximos 10 hasta Landa comienzo a sufrir con las rodillas y sé que me las harán pasar putas.

Son las 10 y llego a Landa. La gente anima de forma increíble y me espera Pedro, que está de voluntario en la prueba. Alucino cuando entro en la carpa, una organización 10. Recojo mi segunda equipación porque la que llevo está empapada. Lloro cuando veo los macarrones calientes para comer y me lanzo a ellos mientras Pedro me da algún complemento para los últimos kilómetros, seguro que los necesitaré.

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Como me pasó en la anterior edición, salgo muy contento y sin pasarme con la comida, por si «aca». Voy cegado y no recuerdo, en ese momento,lo que sufrí los últimos 40 kilómetros  la edición pasada. Esta vez no va ser mejor. Comienzo atragantarme con las cuestas y sobre todo los trechos cuesta abajo. Las rodillas se quejan pero continúo sin hacerlas caso.

Llega el esperado momento en que sabes que vas a sufrir, pero no quieres afrontarlo: Los Molinos de Elguea. Un cordal de colinas de 10 kilómetros, con 78 torres de aerogeneradores y fuerte viento lateral, donde no se ve el fin. Intento desconectar pero el cansancio hace mella. Comienzo de nuevo a rayarme, a perder el norte, a no visualizar la meta…a dormirme andando.

No sé como termina por fin esa pesadilla, pero no por ello el sufrimiento. El problema de haber hecho la carrera antes es que idealizas los tramos y crees que son mas cortos de lo que son. Pienso que el Aitzgorri está a la vuelta de la esquina pero quedan las campas de Urbia. Ya estoy en el kilómetro 82.

Paro en el siguiente avituallamiento. La gente anima cuando estoy subiendo. Ya me he tomado la glucosa con cafeína, regalo de Pedro, y comienzo a notar los efectos del subidón. Hay que aprovechar el momento.

Llego a la cima. Me dan ganas de llorar y de gritar pero queda, para mí, lo peor…la bajada. 1O kilometros de pendiente cuesta abajo, donde mis rodillas no se quejan, gritan de dolor. Pierdo casi 100 puestos y ya no sé como avanzar más rápido.

Para mi sorpresa comienza hacerse de noche, pero tengo que llegar, llegar como sea. Por fin las luces de Araia, la gente, las calles…la ansiada meta. Corro con mis últimas fuerzas, no se cuando ha sido la última vez que comí algo. Y veo a mi familia, mi pareja, mi hijo… y  la línea de meta. No tengo fuerzas ni para llorar, pero me invade una sensación de absoluta felicidad, de superación máxima… No sé cómo puedo explicarlo con palabras. Sólo quien haya hecho una prueba así, podrá saber de lo que estoy hablando.

Abrazo a los míos e intento hablar pero estoy lento y agarrotado. Pero me da igual, ¡he llegado!, he terminado la prueba y esto no me lo quita nadie. Me espera una buena cena y un sueño reparador.

4 Comments

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  1. Muy muy grande Alfonsin!! Me emociona viendote llegar tiene que ser la reostia! Ahora a ver si Tania y yo cogemos solo una cuarta parte de la motivacion y de la fuerza de voluntad que tienes tu y progresamos de nuevo para hacer algo bonito. Un abrazo y enhorabuena!

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  2. Grande!!!!!!! Muy guay Fon!!

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  3. Impresionante…eres un maaaquinaaa. … Me he jartaaao a llorar ..😭 emociones de los últimos kilometros…

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